Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

martes, 15 de marzo de 2011

Un evento excepcional

Sin duda, la inauguración de la exposición Pintura de los Reinos, la semana pasada en el Palacio de Iturbide en la ciudad de México, constituyó un evento cultural excepcional por varias razones.

  • Se reúne en una misma muestra obra de autores muy importantes de todos los rincones de lo que fue el imperio español en los siglos XVII y XVIII, mostrando en un corte horizontal afinidades y vínculos culturales que hasta hace no mucho tiempo se observaban como producto de creaciones nacionales; españolas, italianas, flamencas, novohispanas o peruanas. Es posible ver y comparar obras de autores como Pedro Berruguete, Pedro Pablo Rubens, Miguel Cabrera, Juan de Juanes, Cristobal de Villalpando, Bartolomé Esteban Murillo, Francisco de Zurbarán y Francisco Rizzi, entre muchos otros.


  • La importancia de este nuevo enfoque corresponde a una ambiciosa investigación interdisciplinaria realizada a lo largo de la primera década del presente siglo, encabezada por la Dra. Juana Gutiérrez-Haces, que dió pie a una interpretación sólida: las identidades compartidas por la producciòn artística en los enormes espacios geográficos del imperio dominado por España. Con riesgo de simplificar, podría decirse que tanto como el uso del español fue común a toda el área cultural de aquel imperio, los lenguajes particulares, las expresiones casi dialectales, refuerzan al conjunto. Así sucede también en las expresiones pictóricas, que al mismo tiempo unifican y vuelven diferentes a tantos artìstas. Es un ejercicio para considerar lo que se comparte y al mismo tiempo lo que es especìfico de cada lugar, desde Sevilla hasta Nàpoles, Cuzco, Mèxico e incluso Filipinas.


  • Además, la inauguración de esta exposición estuvo acompañada de un ciclo de conferencias que ilustran aspectos económicos, políticos y culturales que ayudan a explicar el fenómeno artístico. Sobre esto intentaré mencionar algunos elementos con base en notas tomadas durante las charlas.

El lunes 7 de marzo, Jonathan Brown, curador de la exposición ofreció una conferencia magistral titulada "La pintura en Sevilla y en la Cíudad de México, 1560-1660: influencias y diferencias". El Dr. Brown, destacado especialista en la obra de Diego Velázquez, retomó la curaduría de la exposición a raíz del fallecimiento de la Dra. Gutiérrez-Haces y pudo dar la continuidad al proyecto. En su presentación destaca la forma en que dos investigadores del siglo XX, el español Diego de Angulo y el mexicano Manuel Toussaint, coincidieron en cierta forma en catalogar los enormes acervos de pintura bajo un esquema similar, digamos nacional. El primero utilizando un enfoque europeista, sin distinción y el segundo, cuando estudia aquel arte que se descubre por todas partes en las ciudades virreinales mexicanas, y que el dio en llamar "pintura colonial".

Debieron pasar muchas décadas para identificar diferencias, encontrar especificidades. Decenas de estudios que se especializaron en escuelas, artistas o familias de artistas, procesos de producción en serie para satisfacer la demanda de arte en ese mundo extendido, fueron llevando el análisis a un terreno más complejo y rico, el de las influencias mutuas. Por esta razón el Dr. Brown se concentra en el estudio del gran fenómeno de la relación entre Sevilla y México, a lo largo de cien años (entre 1560-1660) en que se consolida un lenguaje pictórico basado en la religión católica. El puerto español concentraba el comercio con América y satisfacía la demanda de arte al otro lado del Atlántico. Un vehículo principal para ello era la utilización de modelos, especialmente grabados hechos por autores flamencos, que sirvieron para comenzar a elaborar pinturas en el propio continente americano.

Tales modelos se descubren en las obras de autores novohispanos o peruanos, pero comienzan a mostrar su propia personalidad al cabo del siglo XVII. En México se consolidó una red de producción artística de alta calidad, que incluía a autores europeos que se trasladaron al nuevo continente, apoyados por el patronato real del arte, y que terminaron heredando a los autores locales la tradición artística que floreció ampliamente.

http://www.pinturadelosreinos.com/


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